31 de diciembre de 2006

Coplas de una falsa tregua




Pues si vemos lo presente

cómo en un punto se es ido
y acabado,

si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.




Supongo que no sorprenderé a nadie si sitúo la política a caballo entre la fe y el eufemismo. No sabría argumentar por qué soy de derechas si no es comparando esto con aquello o con aquello otro, o con aquello que ha sido o criticando a todo aquello que no lo es. De hecho, basta con leer el país y el mundo, para ver como de un mismo hecho se pueden dar dos versiones que, aún mezcladas, se antojan a cualquier espíritu libre y crítico como un resultado lejano de los hechos que podemos deducir.


Valoraciones políticas y barómetros de opinión a parte Jose Luís Rodríguez Zapatero se lo jugó todo al rojo y ha perdido. Tenía un cincuenta por ciento ya que, a ciencia cierta, sólo sabemos que o bien podía haberle salido bien o bien podía haberle salido mal, como ha sido el caso. Quizá sea afortunado en el amor... O ¿quizá leyó mi anterior post?

Siguiendo con los porcentajes, quizá lo que más me ha aportado todo este lío ha sido un paseo por la wikipedia para comprobar que también los de ETA son tacaños. Amonal, se le llama al petardete que han metido en la T4. Aunque suene mejor, quizá por desconocido, no es otra cosa que la mezcla de TriNitroTolueno (el de toda la vida) con nitrato amónico y polvos de aluminio en una proporción de 67%, 22% y 11% respectivamente.Todo ello con el objetivo de abaratar costes. Tiene una velocidad de detonación de 4.400 m/s. El terrorismo de ETA es tonto, sinsentido, cutre y... De bajo coste. Si después de cancelar la licencia de vuelo de Air Madrid, el ejecutivo no es capaz de impedir que se sigan vendiendo billetes, ¿qué esperamos que haga contra estos terroristas de bajo coste? Esperemos que algún día se le cancele y se le impida a ETA "volar", ya que la seguridad y la vida de las personas están por encima de cualquier rédito económico y político.


Feliz año a todos.




23 de diciembre de 2006

Última hora: ¡La salud es lo importante !

Sí, en efecto. Además de los colores rojos, de los árboles impropios de la ciudad que, sin embargo, se adueñan de ella, de lucecitas en serie no aptas para epilépticos que dan a nuestro balcón un toque de motel de carretera, del turrón,... Hay algo muy típico de la navidad: la lotería.

Si por algo se fija en la memoria de todos es por esos niños chillones, pobrecillos ellos, que dan esa entonación tan melodiosa como particular que se puede oir de fondo en tres cuartas partes de los hogares españoles. El método es sencillo, van chillando todos los números hasta que aparece el gordo, o el segundo premio, o el tercer premio,... O cualquiera que no sea de la pedrea, entonces henchidos sus pulmones de aire y
desplegándose cual pavo real, alzan (aún más) con impecable virtuosismo su tono de voz para cantar repetidamente el número y el premio correspondiente, sujetando la bola que así lo indica como un automáta digno de la peor película de robots habida, para ir en procesión a una mesa en la que media docena de señores corroboran que así es. Eso es fiabilidad y lo demás son tonterías.

El documental previo al sorteo (que confieso, Padre, haber visto en repetidas ocasiones) no tiene desperdicio. En él se da una mezcla salvaje entre ludopatía y fetichismo, apareciendo un señor forrado de décimos o una señora forrada de botones, incluso recuerdo un niño con el pelo rasurado cual bola de lotería. Increíble.


Yendo al grano, para todos aquellos que tras repasar las interminables hojas con los premios que salen, sin haberse dado cuenta de que están estrictamente ordenados, o para aquellos que los repasan con empeño, no fuera que se "hubiere equivoquido" la redacción del diario, o para estos más modernos que visitan en tierra punto com el buscador programado a tal efecto, y han obtenido como resultado un profundo vacío existencial, no se preocupen, la salud es lo importante.


Y es que la lotería de navidad nos permite corroborar una vez más la opinión de los expertos, como por ejemplo los más prestigiosos psicólogos dedicados a la psicología diferencial o de la personalidad, que tras muchos estudios rigurosos confirman que un buen estado de salud es una de las cosas que realmente implican un alto grado de felicidad. Para aquellos más escépticos, reflexionen sobre toda esa sarta de cantantes drogadictos o pijas ninfómanas que tanto nos divierten con su circo particular de un tiempo hacia aquí. En realidad, no recurrirían a todo ello si fueran felices. ¿Acaso no se suicidan, o se suicidan menos, las personas con poder, dinero y pr
estigio?

Para los más ludópatas e hipocondríacos, a comenzar el año con un buen fajo de décimos para el niño, que a quien le toque curaría lo primero y, a quien no, lo segundo. Los demás a estudiar, joder, que ha
y exámenes en enero!

P.D. También hay otra especie que olvidé mencionar...






20 de diciembre de 2006

Los reyes magos son dos: Santa Claus.


Españoles todos (sí, tú también),

Como cada año por estas fechas tan señaladas me llena de orgullo y satisfacción recordaros que el solsticio de invierno suele caer el día veintiuno de cada mes de diciembre de cada año, no siendo así cuando viene siendo bisiesto.

Suele volar bajo el grajo y así se confirma estos días, si bien el solsticio no es el día en que el sol está más alto sino al revés. ¡Ah! También empieza el invierno a partir de ese día (oficialmente). Esto es válido para todo solsticio de invierno independientemente del hemisferio del globo y del hemisferio cerebral con el que procesemos dicha información. Eso sí, cuando en el hemisferio norte se celebra el solsticio de invierno en el sur se celebra el de verano y viceversa. Si el calor lo asociamos a la energía valga el símil de nuestros más intelectualmente cercanos amigos, los delfines, que duermen con un ojo abierto y un hemisferio cerebral activo, descansando el total de su cerebro en dos tandas, cual partido de fútbol.

"Con la iglesia hemos dado, amigo Sancho", así se reproduce fielmente la frase del ingenioso hidalgo Don Quijote. Si bien él se refería a un edificio destinado a la liturgia (a una iglesia propiamente dicha) el tiempo ha convertido la frase en una especie de tropezón léxico con la Iglesia como institución. Y así es a veces, aunque en menos ocasiones de las que se mienta (del verbo mentar) ya que no está de moda.

Hilando, parece ser que años atrás durante el Solsticio de Invierno e igualmente que la tradición de San Juan, los campesinos, después de una buena cena, caminaban desde sus casas con las teas encendidas hacia la plaza del pueblo para encender una gran hoguera. Acto seguido, se reunían en la iglesia para cantar y celebrar la vigilia del solsticio de invierno con representaciones sacras del nacimiento de Jesús, ayudadas por los más diversos animales que allí se daban cita también. Como era tradición, una de las oraciones debía ser al despuntar el alba y esa era la misión del gallo que llevaban, a modo de despertador. He aquí una de las muchas tradiciones que la iglesia ha profanado, valga la ironía.
Dicho esto, queda inaugurado este pantano (el de la foto, que abastece de agua a un tercio de la población andaluza).